¿Porqué debemos estimular el lenguaje?
La importancia de trabajar la estimulación del lenguaje oral se justifica por:
- El doble carácter del lenguaje: como comunicación y como representación mental y estructurador del pensamiento.
- La importancia que en educación infantil tiene la prevención y la detección temprana de problemas.
- El carácter compensador de esta etapa educativa. El input lingüístico es el conjunto de experiencias lingüísticas que el niño recibe de su entorno social inmediato e implica diferentes estilos y modos de uso del lenguaje. Al respecto, recordaremos a Bernstein y su distinción entre código elaborado y código restringido. Las investigaciones de este autor trataban sobre el lenguaje como mecanismo de transmisión sociocultural. Con sus estudios comparativos entre niños cuyas familias utilizaban un vocabulario restringido, sintaxis simple y dificultades para el manejo verbal y otros cuyos padres poseían un lenguaje más elaborado y rico, explicó el fracaso académico que sistemáticamente padece el alumnado proveniente de los grupos sociales más desfavorecidos. Como la escuela utiliza y exige un lenguaje
elaborado, los niños con pocos recursos lingüísticos suelen encontrar una dificultad adicional que les entorpece e incluso, a veces, impide otros logros académicos. Este estudio nos permite acercarnos a la necesidad de la estimulación del lenguaje y las dificultades tanto por la cantidad, variedad y de otro tipo de circunstancias que se presentan en entornos sociales desfavorables pero que cada vez son más comunes en nuestra realidad social.
Otras investigaciones han descubierto que el lenguaje, en su capacidad de organizar la experiencia individual y social, aportar los criterios de espacio y tiempo y permitir una rápida recuperación y transmisión de información, contenidos y afectos, permite unificar diversas funciones básicas tales como la atención, la discriminación, la memoria y otras, en situaciones de conversación, descripción o relatos orales, tan típicas y naturales al interactuar con niños.
El trabajo del lenguaje oral de forma sistemática favorecerá la conciencia lingüística y, con ello, se establecen las bases de un buen aprendizaje de la lectura. Los problemas lectores que pueden aparecer más adelante se deben en muchos casos a un bajo nivel en la madurez lingüística.
Se deben ofrecer oportunidades enriquecedoras que se dan a través del intercambio comunicativo en actividades que el niño realiza a partir del lenguaje, poniéndolo “en situaciones de uso de la lengua”. Un afianzamiento de la transmisión oral, tantas veces olvidada desde lo familiar, (ya no se enseña de abuelos a nietos y de padres a hijos, historias, cantos, coplas, juegos, trabalenguas, pequeños versos etc.) La lengua, que es la materia prima de la escritura, es escasa hasta en lo coloquial, y ello es lo más que notamos en nuestros niños, esta falta parece ser no solo en nuestra comunidad, sino que se presenta como un mal global, nuestros niños miran y escuchan la TV (no hablan con ella), y sus padres luchan para lograr la subsistencia y mantener sus trabajos de mucha carga horaria, o están ocupados en conseguir uno, con una carga horaria similar.
Por todo lo expuesto, podemos concluir que la estimulación del lenguaje oral es el objetivo fundamental en cualquier actividad que se realice en la educación infantil.
Características del desarrollo del lenguaje en un niño de cuatro años.
- Esta etapa se caracteriza por la consolidación de las funciones corticales superiores, pensamiento, memoria, lenguaje, capacidad de relacionarse, aprender y entender el medio que le rodea.
- Los niños ahora prestan atención a cortas historias y responden a preguntas simples sobre ellas.
- Entienden casi todo de lo que se dice en casa y en la escuela.
- Se comunican fácilmente con otros niños y adultos.
- Producen frases que dan detalles, y usan la gramática adulta.
- Cuando explican algo o cuentan una historia, mantienen un tema de manera coherente e hilan las ideas en una comprensible secuencia cohesiva, consolidando el contenido lógico del habla.
- Pueden tener todavía algunos errores en la pronunciación: sinfones con /r/, sinfón /kl/ seseo, /r/, /l/ en posición media, /s/ inversa, reducción del diptongo /au/, asimilaciones velares, según los perfiles fonológicos especificados por Bosh (1983), pero su habla es comprensible y fácil entender.
- Se amplía el vocabulario (que puede llegar a las 1500 palabras), aprendiendo más de una palabra cada día.
- Tiene nociones de tiempo presente, futuro y pasado.
- Tiene nociones de espacio: arriba, abajo, adentro, afuera, atrás, lejos, cerca y al lado del objeto.
- Tiene nociones de color: rojo, amarillo, azul, blanco, negro y secundarios.
- Tiene nociones de tamaño: grande, chico y mediano.
- Tiene nociones de forma: círculo, cuadrado, triángulo y rectángulo.
- Reconoce del esquema corporal: cabeza, manos, pies, panza, cola, cara, pelo, orejas, nariz, piernas y brazos.
- Hace preguntas.
- Puede indicar de antemano sus intenciones u acciones con palabras.
- Aprende canciones infantiles sencillas y versos.
- Los procesos cognoscitivos se profundizan, su capacidad de comprender el mundo que lo rodea, evaluar diferencias, características comunes, memorizar y reproducir imágenes sencillas.
¿Por qué estimular con cuentos?
Los chicos disfrutan del contacto con los libros de cuentos.De la narración resulta el placer de escuchar historias, el entender el por qué es interesante la lectura (proceso de imitación), el uso de iguales palabras en diferentes contextos (enriquecimiento de la semántica) por lo tanto distintos significados.
Estimula, como si fuera un juego, el pensamiento, el vocabulario, la discriminación auditiva, la formación de juicios, el crecimiento de los procesos básico de aprendizaje (atención, memoria, concentración, habituación a la tarea, motivación), hacer comentarios y preguntas sobre el cuento, observar e interpretar imágenes y las funciones superiores (gnosias, praxias y lenguaje) que intervienen en el proceso de aprendizaje de la lectoescritura.
Muchas veces se observa que los niños no aprenden el proceso de lectoescritura en tiempo esperado, no siempre están motivados desde sus hogares, y la escuela compite, con medios masivos de índole visual, predominantemente.
Tienen dificultades, como juntar palabras (déficit semántico), y les cuesta llevar al papel ideas con cohesión y coherencia interna (fragilidad sintáctica-semántica- comunicativa).
Los niños muestran gran interés por el relato de historias, estimulando el desarrollo de un gran potencial en ellos. El cuento infantil tiene un positivo impacto sobre el despliegue de diversas áreas del desarrollo.
El cuento corresponde a un tipo de discurso: el discurso narrativo, y, para su normal desarrollo, es necesaria la confluencia de importantes habilidades lingüísticas y cognitivas :
- Habilidad para organizar eventos entorno a un hilo conductor o tema central. La construcción de este macro significado trasciende el contenido particular de cada oración y permite construir un relato coherente (Coherencia).
- Habilidad para secuenciar eventos en el tiempo (Manejo de relaciones temporales).
- Habilidad para establecer relaciones de causalidad entre los eventos del relato (Manejo de relaciones de causaefecto)
- Habilidades lingüísticas propiamente tales como: sintaxis compleja y variedad léxica, especialmente en relación a los verbos.
Diversos estudios han demostrado que, la estimulación temprana de estas habilidades a través del cuento, es un efectivo predictor de éxito escolar a futuro, desarrollando áreas tan importantes como las habilidades matemáticas, directamente relacionadas con el manejo de relaciones temporales.
Del mismo modo, al desarrollar la coherencia, potenciamos directa e indirectamente la capacidad de análisis y síntesis
necesaria para extraer la idea central de un texto, lo cual facilita la comprensión del mismo. Por otra parte, el manejo de relaciones de causalidad estimula y desarrolla áreas tan importantes como el pensamiento inferencial, deductivo, etc.
La estructura formal del cuento se compone de tres elementos esenciales:
I.- Presentación: del personaje principal y del problema que desencadena el relato y sin el cual el cuento no existiría.
II.- Episodios: a través de los cuales el cuento progresa y se desarrolla. Incluye: objetivos (que persiguen los personajes), acciones (destinadas a lograr los objetivos), obstáculo (que impide el logro del objetivo) y resultado.
III.- Final: donde se resuelve el problema planteado en la presentación. Tomando en cuenta esta estructura formal, podemos hacer un análisis de la manera en que los niños evolucionan en su habilidad para narrar.
Las siguientes son las etapas del desarrollo narrativo esperadas en las distintas edades:
- 2 a 3 años: Etapa de Aglutinación (los niños nombran sucesos o elementos en ausencia de un tema central).
- 3 años: Etapa de Secuencias (los niños nombran o describen eventos en torno a un tema central. Aparece el primer
elemento estructural: la presentación, pero es incompleta, sólo se refiere al “problema”).
- 4 años: Etapa de Narración Primitiva (se completa el elemento “presentación”, los niños comienzan a referirse al personaje principal). A los cuatro años: el material les atrae más, piden que les lean cuentos, interpretan escenas y les gusta inventar textos.
- 5 años: Etapa de Narración con Episodios (a la presentación completa, se agrega el episodio, pero incompleto.
También se agrega el elemento “final”, pero éste es abrupto, es decir, no indica la solución del “problema”).
- 6 años: Etapa de Narración Verdadera (se distinguen claramente los tres elementos estructurales completos).
Contienen temas y vocabulario cercanos al niño/a (el cuidado del cuerpo, la alimentación, los animales,…), con alguna moraleja final, para fomentar valores como la amistad, el respeto a las personas, a los animales y al medio ambiente en general. Todo ello con la finalidad, que les motiven más y se sientan más participativos. De esta forma, estarán jugando y desarrollando activamente todos estos aspectos que son fundamentales en el desarrollo del habla.
Los cuentos fomentan la imaginación del niño, le descubren las cosas más maravillosas, le divierten, le enseñan a escuchar, a pensar y a hablar. Los diálogos funcionales y naturales que se desencadenan a partir del cuento permiten la conversación grupal, que es muy importante para el desarrollo del lenguaje. En los diálogos de los niños de 2 y 3 años se observa que cada uno habla para sí, sin prestar atención a lo que dice su compañero, no existen intercambios de ideas. En cambio entre los 4 y 5 años el niño habla mucho sobre sí mismo. El adulto debe estimular a los niños a expresar sus ideas, a escuchar lo que otros dicen, utilizando la conversación en grupo como un medio.
A través de la conversación se puede lograr:
- que desarrollen la capacidad de expresar su propio pensamiento.
- que aclaren sus ideas a través del lenguaje.
- que aprendan a escuchar a los demás.
- que mejoren la comprensión y el uso del lenguaje en la relación con los demás.
- que adquieran seguridad al hablar.
- que enriquezcan su vocabulario.
- que valoren el lenguaje como medio de comunicación.
El primer paso en la conversación es enseñarle al chico a esperar su turno para hablar (que forma parte de todo proceso de socialización). El tiempo que dura la conversación está limitado por el interés del grupo. Cuando ese interés decae se puede introducir preguntas o comentarios para estimular la conversación. También es responsabilidad del adulto mejorar el uso del lenguaje: en lo posible deberá instarse a que usen oraciones completas y digan las palabras correctamente a través de expansiones y extensiones. El responsable debe alentar a los chicos más tímidos, e igualmente poner límites a los que son muy
conversadores.
¿Por qué involucrar a los padres y maestros?
La zona de desarrollo próximo, es un concepto (según Vigotsky) que explica la relación que guardan entre sí el desarrollo y el aprendizaje. Para ello, se distinguen dos niveles de desarrollo mental:
a) un nivel evolutivo real que es el nivel de desarrollo de las funciones mentales establecido como resultado de un ciclo evolutivo, es el nivel intelectual que miden las pruebas en dónde los niños deben resolver solos la tarea que enfrentan.
b) un nivel de desarrollo potencial, es lo que los niños pueden hacer con ayuda de otros y para Vigotsky, el mejor índice del desarrollo mental de los niños.
Por ello, define la zona de desarrollo próximo, como la distancia entre el nivel real de desarrollo determinado por la
capacidad de resolver independientemente un problema y el nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la resolución de un problema bajo la guía de un adulto (como los padres y maestros) o en colaboración con otro compañero más capaz.
Es por ello que Vigotsky propone como el mejor aprendizaje, el que va adelante del desarrollo, que el aprendizaje es un fenómeno social y que él despierta procesos evolutivos internos, pero que estos solo operan cuando un niño esta en interacción y en cooperación con personas de su medio. En el desarrollo infantil, la imitación y la instrucción juegan un papel fundamental. Por ello, la única instrucción adecuada es la que marcha adelante del desarrollo y lo conduce.
El trabajo en grupo es idóneo para la estimulación del lenguaje en el niño.
En primer lugar hemos de colocar al niño en una especial situación, pues trabajará con otros niños de su edad y con un mismo problema. Como esta forma de trabajo es la común en el ámbito escolar, no se inquietará por las diferencias que pueda apreciar y su dificultad aparecerá soslayada. Esta tranquilidad que se les otorga lo impulsará a trabajar.
En segundo lugar, se le provee de una atmósfera recreativa, en donde el juego y el espíritu de competencia afloran.
Por medio de la recreación estimulamos la esfera psíquica y predisponemos a un mejor trabajo. En los niños con dificultades semánticas, por ejemplo, la tarea individual no los favorece, ya que el trabajo de jugar con redes semánticas es más enriquecedor y necesita del grupo para llegar a ser divertido. En niños con dificultades sintácticas, el intercambio comunicacional conducido por el grupo, lo lleva a imitar modelos más acabados, que tal vez no obtengan en sus hogares. El espíritu de competencia, a su vez, bien guiado y encauzado por el fonoaudiólogo, permitirá lograr elevadas y eficientes cuotas de trabajo. Asimismo, la competencia para hablar dentro de un grupo no debe ser únicamente un medio para alcanzar objetivos pedagógicos sino que éste debe ser un objetivo en sí mismo.
La cantidad de niños por grupo debe responder a la necesidad de que el reeducador atienda a todos y a cada uno de ellos con total solvencia. En niños preescolares la consideración del sexo es innecesaria para la formación del grupo.
Además, debemos considerar que si el grupo es demasiado heterogéneo para ciertas actividades es preferible entonces, funcionar con subgrupos, si es que se quiere evitar el peligro de frenar a los niños más adelantados o, lo que es más habitual, de “pasar por encima” a los más desfavorecidos.
No se debe dar nada por comprendido o asimilado sólo por el hecho de que los niños parezcan escuchar y estar atentos, es preciso adquirir la costumbre de controlar permanentemente la comprensión de lo que se dice y dar a cada uno la posibilidad de participar, sabiendo que el mejor aprendizaje es el que se construye mediante la acción y la interacción. Por ejemplo, sería conveniente que las actividades surjan de los niños y que las correcciones resulten de un par.
El aprendizaje grupal, no quita abordar con un trabajo individualizado y más personalizado, eficiente, y ajustado a las características de desarrollo cerebral en aquellos niños que no evolucionen satisfactoriamente.